Las raíces me crecen hacia dentro profundas hasta los tuétanos como si yo fuera tierra y no cuerpo. Las recorro con la atención de la libélula palmo a palmo en la luz de detrás de los ojos luz de faro. Aprendo a regarlas amando y brota mi cuerpo en hogazas de pan pan de río, pan de mar, pan de campo de amapolas.