El orbe ficcional de Reina Amelia Y la se rige por sus propias leyes. Existe allí una organización política heterodoxa (el Alcalde castrado cede su puesto a una Reina), una industria primitiva que fabrica hongos (comestibles, orgiásticos y alucinógenos), un sistema exótico de comidas que incluye desde hongos con boca y ano hasta animales moribundos, un orden sexual que mezcla edades y reinos diversos, y un sistema penal donde una niña hipersexuada termina en la cruz. En suma: una Antropología y una Historia.
Pero el mundo de Reina Amelia no pertenece a la ciencia-ficción, ni a la fábula moral o la parábola. Registro de la iniciación sexual de las niñas-señoras de Yla contada por un escriba, Reina Amelia tampoco tiene nada que ver con la novela histórica, devota engañosa del referente. Marosa di Giorgio construye en su novela un mundo autónomo, al mismo tiempo extrañado y muy próximo, a la manera de Lewis Carrol o Kafka.
Edgardo Russo
Los relatos de Marosa amplían un espectro de variedad prodigiosa que trazan un vasto tapiz de alternativas, un matraz comparable al de las Metamorfosis de Ovidio (...) Pero di Giorgio no depende de los mitos de la tradición grecorromana. Sí de una experiencia campesina que es la vía de escape de lo verosímil cotidiano y el terreno de interminables transfiguraciones.
Roberto Echavarren