Cuando Alice y Joseph se conocen, entablan, no sin titubeos, una relación relativamente estable. Ella es enfermera, él, pintor y decorador. Ambos son jóvenes y optimistas respecto a su futuro juntos, pero cada uno sobrelleva una pesada carga emocional. El padre de Alice ha sido una gran ausencia en su vida mientras que su querida abuela -que ayudó a criarla- ha fallecido recientemente.
Por su parte, Joseph se niega a hablar de sus experiencias militares en Irlanda del Norte y Alice sospecha que su reticencia esconde un pasado turbulento. Cuando el abuelo de Alice, ahora viudo, empieza a hablarle a Joseph de sus propias experiencias con las fuerzas aéreas británicas en la Kenia de los años cincuenta -historias que sólo había compartido con su esposa- reabre las viejas heridas de Joseph y desencadena una reacción tan inesperada como devastadora para todos.