Recoge esta edición el facsímil de la realizada en Madrid en 1804,
en la Imprenta de Vega y Compañía, acompañada de treinta láminas
que representan las principales suerte de la tauromaquia clásica.
El diestro sevillano "Pepe-Hillo" es posiblemente el primero que reúne
y ordena unas reglas sobre Arte de Torear, una Tauromaquia.
José Bergamín, en su Del Toreo, dice que siendo el toro una cosa tan
poco o nada razonable, es algo tan
aparentemente racional en todo:
en su disposición y orden, en su finalidad
y principio, en su ejecución
y ejercicio. Refiriéndose Bergamín
precisamente a "Pepe-Hillo"
añade que la racionalidad de este
"acto de juego" es tanta que puede
el torero ejercerlo, ejecutarlo, si
consigue su maestría, de una manera
racionalísima, con exactitud y
seguridad matemáticas.