El cadáver de un judío ortodoxo ha aparecido en Montreal. Durante la evaluación forense, Temperance Brennan
recibe la fotografía de un esqueleto, clave importante en la investigación: la víctima habría sido un traficante de
antigüedades, y el esqueleto una pieza hallada en una excavación arqueológica. Inopinadamente, Brennan destapará una
intriga que se remonta a la época de Jesús, y que podría dar un vuelco espectacular a la historia de Occidente, algo
que lógicamente entraña un peligro mortal para todos los involucrados.