Es posible ver la ciudad en la que se vive con los ojos del viajero. Y es posible, a partir de esa mirada, habitarla de un modo distinto, con una actitud que desafía los hábitos y la rutina. Esa es la convicción de la que parte Viajero en Gijón, un libro en el que dos foriatos que llevan muchos años afincados en la villa de Jovellanos (el fotógrafo ovetense Carlos Casariego y el escritor albaceteño Juan Carlos Gea) se confabulan para mostrar cómo toda ciudad, incluso la propia, encierra un viaje interminable. A partir de la experiencia cotidiana de dos vecinos que pasean, exploran, aman o cuestionan el lugar donde habitan (pero siempre con los ojos abiertos y en disposición a la sorpresa) los autores ofrecen una visión muy distinta a cualquiera de las precedentes: intensa, poética, apegada a cada uno de sus rincones y sus objetos, y al tiempo capaz de distanciarse de ellos para contemplarlos como un recién llegado. Viajero en Gijón no es una historia, una guía, una colección de postales comentadas ni un ensayo ilustrado: es un atlas personal en el que fotografías y escritura, en pie de igualdad, invitan a cada lector a emprender su propio viaje y trazar su propio mapa del lugar en que habitan. Gijón o cualquier otro.